Comprender cómo probar la exposición al amianto para una reclamación por mesotelioma puede marcar la diferencia a la hora de aprobar o denegar una indemnización. Dado que el mesotelioma puede no aparecer hasta décadas después de la exposición, es posible que las víctimas no dispongan de documentación o testigos.
Un diagnóstico que vincule la enfermedad a un lugar de trabajo o a un empleador concretos es más convincente cuando se apoya en las pruebas adecuadas, lo que convierte incluso los casos difíciles en casos de éxito.

Wallace & Graham, P.A., fundación abogados Mona Lisa Wallace y Bill Graham han representado a víctimas del amianto durante casi 40 años, con veredictos e investigaciones históricas que han influido en las prácticas actuales para probar estos casos.
El profundo conocimiento del bufete sobre los registros del lugar de trabajo, los productos industriales y el testimonio de testigos profesionales permite a las víctimas de mesotelioma contar con el sólido punto de partida necesario para demostrar la exposición y luchar por la indemnización que merecen.
La exposición al amianto debe demostrarse, con pruebas que puedan vincular el diagnóstico a una fuente específica. Como puede haber ocurrido hace décadas, la documentación es importante. Estos registros pueden incluir:
Los profesionales de la medicina pueden testificar sobre cómo las fibras de amianto conducen a la enfermedad, y los profesionales del trabajo y del medio ambiente pueden explicar cómo se produjo probablemente la exposición. Traducen la compleja ciencia en una cronología legible de los acontecimientos.
Con una documentación clara en la mano, ayudan a dar peso a cada reclamación, aclarando no sólo dónde se produjo la exposición, sino también cómo condujo al diagnóstico de mesotelioma.
Con todas las pruebas en la mano, el siguiente reto es unir los puntos de forma que se muestre una historia completa y convincente. Esta cronología explica no sólo dónde se produjo la exposición, sino también cómo se desarrolló probablemente a lo largo de los años. También muestra cuándo las empresas eran conscientes de los peligros del amianto y su inacción. Entre los pasos importantes suelen figurar:
El tiempo suele ser el factor más difícil a la hora de demostrar la exposición al amianto. Muchos registros pueden haberse perdido o los lugares de trabajo haber cerrado cuando aparecen los síntomas, después de muchas décadas. Con determinación, la exposición puede demostrarse.
La investigación puede recurrir a expedientes archivados, tendencias regionales del sector y testimonios de profesionales familiarizados con las condiciones laborales del pasado. Mediante la aplicación de procedimientos sistemáticos con asistencia fiable, las víctimas pueden descubrir cómo se produjo la exposición, lo que les permite alcanzar la justicia.
El mesotelioma es un cáncer relacionado con el amianto que puede tardar décadas en desarrollarse, lo que significa que cuanto antes se recojan pruebas, mejor. Centros de trabajo cierran o quiebran, se tiran los registros de exposición y los antiguos compañeros de trabajo se trasladan o fallecen.
Conserve toda la información que pueda mientras esté disponible, como historiales médicos, historial laboral o fotos de equipos antiguos con los que trabajó. Ese rastro de papel puede ser crucial, y podría estar formado por detalles que un investigador podría considerar irrelevantes, como el nombre de un compañero de trabajo o el logotipo del envase de un producto.
El tipo de prueba más importante en un caso de amianto es la documentación sólida. Los registros de empleo, la documentación de los productos y la información histórica sobre la construcción pueden vincular el diagnóstico de mesotelioma a puntos específicos de exposición.
Cuanto más claramente muestren esos registros dónde se utilizó el amianto y quién lo suministró, más sólida será la demanda. Las pruebas organizadas crean un rastro documental que conecta el historial laboral de un trabajador con la negligencia que causó la enfermedad.
Los efectos de la exposición al amianto suelen tardar décadas en manifestarse, por lo que incluso los registros de los años sesenta o setenta pueden seguir siendo relevantes. Viejos talones de pago, tarjetas de afiliación sindical o formularios fiscales pueden ayudar a identificar la ubicación de un lugar de trabajo.
En ocasiones, los investigadores pueden utilizar planos o catálogos de productos archivados para confirmar dónde se utilizaron materiales que contenían amianto, demostrando así la exposición incluso después de que el lugar de trabajo original haya cerrado.
La documentación médica puede demostrar que la enfermedad fue causada por la exposición a fibras de amianto y no por otra causa. Los informes patológicos, las exploraciones por imagen y los resultados de biopsias proporcionan la base para vincular la exposición a la enfermedad.
Estos registros pueden combinarse con pruebas del trabajo y del producto para establecer un patrón claro entre el contacto con el amianto y el diagnóstico de mesotelioma resultante.
La exposición al amianto puede probarse a menudo aunque se hayan destruido registros o instalaciones antiguas. Los investigadores pueden utilizar las declaraciones de testigos, la investigación del sector y documentación sustitutiva, como listas de proveedores o declaraciones de seguros. Al cruzar referencias de empresas conocidas que utilizaban amianto y funciones laborales típicas, los profesionales pueden reconstruir escenarios probables de exposición, permitiendo a las víctimas un camino hacia la indemnización y la justicia.
Según la Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), había aproximadamente 2.669 nuevos casos de mesotelioma en todo el país en 2022. Aunque la enfermedad es rara, su relación con la exposición al amianto durante décadas hace que cada caso probado sea importante. Cada demanda que prospera no sólo apoya a la víctima, sino que también documenta cómo el amianto sigue afectando a los trabajadores generación tras generación.
Probar la exposición al amianto lleva tiempo y requiere paciencia. Hay que ser lo más minucioso posible y, al mismo tiempo, intentar encontrar todas las pruebas posibles. En abogado con experiencia en exposición al amianto puede elaborar una reclamación basándose en los historiales médicos y laborales y en sus propias investigaciones.
Wallace & Graham, P.A., ha estado construyendo e investigando demandas por casi 40 años para encontrar la evidencia que lo vincule a usted con las compañías responsables de la exposición. Construimos casos no sólo para responsabilizar a esas partes, sino también para proporcionar respuestas y cierre para las familias que han esperado años por esos resultados.
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